Volviendo al pasado jamás se resucitará lo qué hoy ya son capítulos leídos de mi vida. Mi historia se hace cada día, cada hora, cada minuto, cada segundo...
Vuelvo al pasado, volviendo a mi casa, a mi tierra, a mi país. Con mi gente, con mis amigos, con aquellos que aportaron tantas cosas a mi vida mientras yo iba creciendo como persona. Aquellos que me enseñaron los valores de la vida, los que me enseñaron el precio de la verdadera amistad, los que me enseñaron a compartir las penas y las alegrías. Con los que aprendí que había que seguir luchando por lo qué creíamos. Vuelvo a casa y me encuentro con todos ellos, aunque no los vea a todos, aunque no los abrace a todos, pero todos están aquí en mi país.
No importa la lluvia ni el cielo gris para juntarse, para reír, charlar, para ponerse al día compartiendo una comida o tomando un algo en cualquier terraza. El tiempo no se ha parado desde la última vez en la que posiblemente nos hayamos juntado en cualquier otro sitio pero en una escena no muy diferente. Podría seguir describiendo cada una de los sentimientos, de las vivencias y de las emociones que siento cuando vuelvo a mi Tierra pero por muchas letras qué escriba en este blog no podré transmitir jamás la energía positiva de estos sentimientos.
Orgullosa de mi origen, orgullosa de mi gente, orgullosa de mi Tierra.