domingo, 17 de junio de 2018

A salvo durante 45 días

Parece como si este país ya hubiese cumplido con la humanidad por recibir un barco con 630 "pasajeros", "extranjeros", "migrantes", "exiliados"... Seiscientas treinta personas rescatadas de una muerte segura, en un mar rodeado de países que miran sus ombligos dejando que los peces inflen sus estómagos con la crueldad con que sólo el ser humano es capaz de tratar al propio ser humano.
Foto: ÓSCAR CORRAL
Las redes sociales se llenan de posts de todo tipo. Como siempre hay críticas para todos los  gustos y por supuesto para las dos Españas: la del gallo rojo y la del gallo negro. Critican el despliegue de medios humanos y el gasto que supone. También  hubo más de seiscientos periodistas para cubrir una noticia que sin dejar de ser noticia, no lo debiera de ser. 
Cada día hay quien intenta huir de su realidad. Cada día miles de personas son perseguidas en el mundo por su condición, su religión, sus ideales, o simplemente porque ni tan siquiera tienen un vaso de agua que llevarse a la boca para paliar la sed. Y mientras los encorbatados mandatarios juegan a ser dioses ante la pantalla de su particular "Age of Empires".
El Gobierno español se comprometió, en el mes de diciembre, con la OTAN, a incrementar en más de un 80% su actual gasto militar en los próximos siete años, hasta rondar los 18.000 millones de euros. ¿Alguien se ha parado a calcular el total del  presupuesto militar que España ha tenido desde 1978? ¿Y desde que se terminó la guerra civil? Y cuando me refiero a presupuesto militar, me refiero a lo destinado a la defensa del país y no a lo destinado a las misiones de paz, ni al gasto en personal y mantenimiento de las instalaciones militares de un ejercito que a mi entender no hace demasiada falta si en verdad quisiéramos vivir en paz...
También podríamos hacer números con los presupuestos destinados a las diferentes entidades religiosas, entre los que destaca los casi 250 millones de euros destinados a la Iglesia Católica. Así como subvenciones a entidades que ni se saben que existen...
Foto: Javier Bauluz
El dinero hace bailar al perro, dice el refrán popular,  y más cuando se trata del dinero de los contribuyentes. Pero en ningún programa electoral he oído que estas partidas económicas se destinen exclusivamente a la ayuda humanitaria y se suspendan otros destinos. El negocio está bien organizado y es imposible que ningún país se salga del juego. Las exigencias del guión dice que hay que dejar que los tiburones se alimenten con el dolor humano. 
Sólo queda el  consuelo de que hay otra cara de la moneda. La cara de los que se van a ayudar a quien lo necesita, dejando atrás una vida de confort y moral hipócrita. Los que se van a misiones de paz, los que se van a curar las enfermedades de quienes no tiene con que curarse, los que captan la realidad con sus cámaras, para intentar crear conciencia en quien no la tiene, los que se van a enseñar a leer y a escribir.  Y tantos otros de los que ni tan siquiera sabemos de su existencia humanitaria ni de sus nombres, ni tan siquiera de si son respaldados por alguna organización.
630 personas ha llegado a un país civilizado y avanzado, con unas leyes que dicen que si no las cumplen, en 45 días les quitarán el caramelo que hoy les han dado. Les comenzarán a pedir los requisitos de un país que de momento está cruzando todos los datos de los rescatados con la interpol. Les exigen requisitos en una lengua que no entienden. Un país en dónde conseguir un contrato de trabajo en regla y por larga duración es muy difícil, por no decir imposible, para "extranjeros", "migrantes" o "exiliados" sin visa platino o chequera en el bolsillo.
La España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y de alma quieta, celebrará la victoria de México frente Alemania y que buenos son los que han llegado que ya hemos hecho la obra de caridad del año.
Lo de hoy, no se debe quedar en hoy. Las leyes deben ser cambiadas y las oportunidades para paliar el sufrimiento de los que dejan todo en busca de "Vida" deben de estar aseguradas y no sólo por cuarenta y cinco días. 



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