jueves, 17 de enero de 2019

Bizcocho refinado, no apto para tiempos modernos.

En un primer tiempo de este siglo o quizás del otro, los medios de comunicación y las redes sociales han sido la pieza clave para que la cocina tradicional quedara
foto de Pinterest
en un segundo plano, dando protagonismo a la comida de diseño de las grandes estrellas de la restauración mundial; comidas muy elaboradas con ingredientes alquímicos engañaban a nuestras pupilas con el deseo gustativo, inalcanzable para los bolsillos de la mayoría de navegantes y lectores deseosos de viajar por el mundo de las estrellas Michelín y de los fogones de ilustres cocineros. La visita al Parnaso culinario no fue concedida para los mileuristas y demás hijos de la plebe que, en tiempos de crisis ya buenas son tortas y con pocos ingredientes o al menos los de siempre, debíamos continuar ingiriendo carbohidratos, proteínas, vitaminas y una larga retahíla de "inas" para poder seguir llegar a fin de mes con la salud más saludable posible. También se comenzó por aquellos días a incidir en que hay una comida saludable que previene no se cuantas enfermedades y te pone la piel más tersa, las uñas más duras y evita caer en estados de la mente que te permitirán seguir siendo la persona mas maravillosa del mundo mundial. Pues, si cuando mi más tierna infancia sólo había la cocina de mi abuela y la de mi madre, ahora me encuentro que además de lo que cocina la suegra, puedo viajar por cada país para hacer una sopa, por cada religión para hacer el postre y buscar en la literatura los menús de cada día. Sin duda, la cocina está tomando una relevancia en las estanterías virtuales del que le gusta comer bien que aún variando de viandas, será incapaz de degustar la repetición de la receta por cien años que viva. Como aventurera culinaria, estas excursiones suponen que en mi despensa tengan que coexistir  el ajo, pimentón y sal de toda la vida con un amplio abanico de tarros de especias mas parecido al catálogo de cualquier jardín botánico, desde la pimienta de Jamaica, al curry verde pasando por la nuez moscada de Madagascar, amén de coles chinas, cereales transatlánticos y otras hierbas porque de cortes de carnes de animales me autoexcluyo.

Y con todo este panorama, de tarde en tarde, buscas la comida simple con los ingredientes de toda la vida, para hacer aquel bizcocho de yogur que fue el "top tem" de los bizcocho de las amas de casa ochenteras, y que alguien te dijo que le metieras trocitos de manzana para que quedara más jugoso y que si no tenías yogur de limón no pasaba nada porque podrías usar el natural de toda la vida.

foto: Natalia Valdés
Rescaté la receta de mi libreta y en menos de cinco minutos ya tenía lista la masa del bizcocho de yogur con ingredientes refinados que harían que todos los males entraran en mi cuerpo y en el de quien osara comer tal pecado gastronómico. En medidas (del envase del yogur), añadimos primero, ritualmente los ingredientes secos: tres medidas de harina de repostería, dos medidas de azúcar, un sobre de levadura en polvo; y los ingredientes húmedos: un yogur, tres huevos enteros, una medida de aceite y una manzana troceada. Con estos ingredientes mezclados hasta obtener una crema ya tienes la masa de lo que será tu bizcocho de yogur. Lo viertes en un molde y le introduces los trozos de la manzana esparcidos por la superficie  o bien los empujas hacia dentro. También  puedes mezclarlos con la masa antes de volcarla en el molde. Lo cueces en el horno a unos 180ºC  con calor arriba y abajo, durante aproximadamente tres cuartos de hora. Sabrás que está cocido por dentro cuando al introducir un cuchillo en la masa, éste salga limpio.
Si el aspecto opaco del bizcocho no te gusta y quieres que quede más bonito puedes pintarlo con mermelada diluida (calentar la mermelada al baño María). Te dará un aspecto brillante.
¿Qué quieres convertir el bizcocho en uno de esos saludables  que son beneficiosos para el cuerpo y el espíritu? Pues ya sabes que  hacer, cambia los ingredientes refinados por los integrales y o biológicos... así de fácil. Por supuesto que la textura y el sabor será diferente pero los dos están muy ricos.  




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